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El Gobierno vacuna a las embarazadas para contener las muertes de recién nacidos por tos ferina, que ya alcanzan las 48

Todos los fallecidos por la enfermedad en México, que suma más de 800 contagios, son bebés menores de un año. La letalidad, inusualmente alta, es del 6%

La tos ferina continúa a marchas forzadas su avance mundial tras un pequeño receso por la pandemia de covid, que arrasó con las otras enfermedades. En México, la situación se ha vuelto especialmente dramática y la bacteria se está cebando con los recién nacidos: se han registrado 48 muertes entre los 809 casos de contagio contabilizados en el último mes y medio, y todas ellas corresponden a niños menores de un año. En la mayoría de los casos, se debieron a espasmos bronquiales en los ataques de tos propios de la afección. La concentración en esta franja de edad tan temprana ha llevado a las autoridades a poner el énfasis en la importancia de que las mujeres embarazadas de cinco meses en adelante se vacunen contra esta enfermedad, que está alcanzando una letalidad inusualmente alta, el 6%.

El Gobierno comenzó el 26 de abril la primera Semana Nacional de Vacunación del año, un recurso prácticamente en desuso desde la pandemia, y la Secretaría se está empleando a fondo con este sector de la población. “El grupo de riesgo en el que nos estamos enfocando tiene que ver con las mujeres embarazadas en la semana 20. Es muy importante que reciban la vacuna, porque de esa manera se le transmite la inmunidad a los niños y quedan protegidos”, apuntó el secretario de Salud, David Kershenobich, este martes durante la conferencia matutina de la presidenta. Hasta este martes por la tarde, se han aplicado en total 899.731 dosis, que representan un 49% de la meta fijada por el Ejecutivo para estas jornadas. Pero las vacunaciones no tendrán un efecto inmediato en el descenso de casos, dicen los expertos, más bien facilitarán que se estabilice el nivel de contagios, que ha aumentado un 1.240% con respecto a la misma semana del año pasado, que solo registró 60 casos. 

El caso de México es especialmente agudo. En Estados Unidos se reportaron más de 4.000 casos de tos ferina el año pasado y las muertes rondan la decena, según los informes provisionales del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). En 2025, los casos se han duplicado y ya superan los 8.400, aunque no hay todavía un registro oficial de fallecimientos, que en cualquier caso están lejos del de su vecino del sur. En la Unión Europea, donde la tos ferina también está volviendo con fuerza, se reportaron 19 muertes entre enero de 2023 y abril de 2024, el 58% entre menores de un año y el 42% restante entre adultos mayores de 60 años. 

El descenso de las tasas de vacunación puede estar detrás de la virulencia en México, pero es multifactorial, explica Mauricio Rodríguez, portavoz del programa de riesgos epidemiológicos de la UNAM. Influyen también la mutación de la bacteria, el cambio de los esquemas de vacunación en los últimos 25 años —”se dejó de usar exclusivamente la vacuna DPT y se empezó a utilizar la DPAT, que decae con el tiempo y eso hace que haya que poner un refuerzo”—, las fallas o la tardanza en los diagnósticos y un posible problema de rechazo a las vacunas en algunas personas que decidan no vacunarse, incide. 

La primera dosis contra esta enfermedad, la hexavalente, se aplica a los dos meses de edad, la segunda a los cuatro y la tercera a los seis, con un refuerzo a los 18 meses. “Para tener una buena inmunidad de tos ferina se necesita que haya vacunas y revacunas. Si no, quedan prácticamente todo el primer año sin inmunidad y es la edad más peligrosa, en la que les puede ocasionar la muerte”, incide también Alejandro Macías, médico especialista en enfermedades infecciosas: “En esa edad los bronquios son muy delgaditos. Cuando el niño quiere jalar aire para respirar, no puede hacerlo”. De ahí la importancia de que las mujeres que están gestando se vacunen con cada nuevo embarazo, no solo una primera vez, algo que no siempre se conoce. 

Además, añade Mauricio Rodríguez, podría haber un problema de desabasto con la vacuna TDPA, que es la destinada a los adultos. “Es una de las más complicadas de conseguir en el mercado internacional, porque parte de los ingredientes que usa se utilizan para la vacuna hexavalente y para la vacuna pentavalente. Muchas veces los productores pueden decidir fabricar esas vacunas porque son más rentables”, explica. Habría que ver caso por caso, dice, para comprobar cuál fue el problema de una enfermedad que está asediando a todo el territorio nacional sin apenas distinción. 

En la primera línea de fuego se encuentran los más pequeños, que pueden enfrentar rápidamente complicaciones respiratorias letales. Lo ideal, sostiene Alejandro Macías, sería aplicar lo que se llama la estrategia capullo, que consiste en vacunar a todos los que puedan estar alrededor, pero “eso es mucho más difícil de alcanzar”, apunta. Por eso y de momento, la protección de las madres puede ser la clave para frenar un avance mayor.

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