La informadora de la cadena Al-Jazeera cubría una operación del ejército israelí en Yenín cuando recibió un disparo en la cabeza pese a que portaba un chaleco identificándola como prensa. El enviado para la paz y los titulares de varias dependencias de Naciones Unidas urgen a una indagación inmediata de los hechos.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wencesland, y la coordinadora humanitaria para los Territorios Palestinos Ocupados, Lynne Hastings, condenaron enérgicamente el asesinato de la periodista Shirin Abu Aqleh, ocurrido esta mañana en Yenín, Cisjordania.
La periodista de la cadena de televisión Al-Jazeera se encontraba cubriendo una operación del ejército israelí en la ciudad de Yenín, al norte de la Cisjordania ocupada, cuando fue abatida con un tiro en la cabeza pese a que portaba un chaleco con la leyenda “prensa”.
Shirin Abu Aqleh estaba acompañada por su productor Ali Al Samudi, quien también recibió una bala en la espalda, se encuentra estable y ha declarado que un grupo de siete reporteros que se encontraban en el lugar de los acontecimientos llevaban equipo de protección que los identificaba como prensa claramente.
Según testigos, el disparo que alcanzó a los informadores provino de los militares israelíes, pero Israel acusa a combatientes palestinos armados.
Rendición de cuentas
Tor Wencesland repudió el asesinato e instó a emprender una pronta investigación de los hechos, enfatizando la responsabilidad de los perpetradores y destacando la importancia de respetar la integridad de los periodistas y trabajadores de los medios.
“Pido una investigación inmediata y exhaustiva, y que los responsables rindan cuentas ante la justicia. Los trabajadores de los medios de comunicación nunca deben ser atacados”, publicó en su cuenta de Twitter.
La coordinadora humanitaria para los Territorios Palestinos Ocupados, por su parte, denunció el crimen contra la corresponsal, señalando los peligros y amenazas que enfrentan los periodistas en su trabajo diario.
“Mientras las Naciones Unidas saludan hoy la libertad de prensa internacional, Shirin Abu Aqleh fue asesinada esta mañana mientras cubría los enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y los palestinos en Yenín, lo que demuestra los peligros a los que se enfrentan los periodistas todos los días”, lamentó.
Del mismo modo, solicitó “investigaciones inmediatas para la rendición de cuentas”.
Contra las leyes internacionales
La directora general de UNESCO y la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos se sumaron al repudio del asesinato.
En un comunicado, Audrey Azoulay pugnó por una investigación a fondo que concluya con la rendición de cuentas por parte de los responsables.
“Condeno el asesinato de Shirin Abu Aqleh. El homicidio de un periodista que claramente lleva la insignia de la prensa en una zona de conflicto es una violación del derecho internacional”, apuntó.
“Llamo a las autoridades pertinentes para que investiguen este crimen y procesen a los responsables”, agregó Azoulay.
La declaración de la UNESCO subrayó que Shirin Abu Aqleh era una conocida reportera de Al-Jazeera.
Derechos Humanos
La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, en tanto, expresó su alarma por el asesinato e informó que uno de sus equipos está en terreno revisando los hechos.
También conminó a realizar una indagación “independiente y transparente” y recalcó que la impunidad “debe terminar”.
En espera de los resultados
La Oficina del Portavoz del Secretario General aunó su voz a las otras entidades de la ONU y recalcó en un tuit que ejercer el periodismo “no es un delito”.
En su encuentro habitual con la prensa, el portavoz alterno de la ONU, Farhan Haq, aseguró que la Organización se encuentra “muy preocupada” por el asesinato y que espera los resultados de la investigación que deberá llevarse a cabo.
“No prejuzgamos ni sacamos conclusiones de esto. Esperamos que se investigue. Debe investigarse a fondo, y continuaremos monitoreando para asegurarnos de que se investigue de manera exhaustiva y adecuada”, enfatizó Haq.
Preguntado sobre una posible pesquisa por parte de la ONU, explicó que ese tipo de averiguaciones requiere mandatos de un organismo, por lo que son cosas en manos de los Estados miembros.
“En esta etapa, queremos ver qué tan completa y minuciosa pueden hacer la investigación las autoridades en el terreno”, puntualizó el portavoz.