El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente destaca que durante el brote de coronavirus COVID-19 se produce una gran cantidad de desechos como guantes, mascarillas o materiales de protección infectados, entre otros, y el manejo seguro de esos desechos biomédicos y sanitarios es esencial para la salud comunitaria y la integridad del medio ambiente.
En ese sentido, José Rubén Martínez Paredes, Maestro en Gestión Ambiental para la Sustentabilidad y Coordinador de Enlace y Gestión Integral Coordinación General de Gestión Ambiental para la Sustentabilidad “Yum Kaax” de la Universidad Autónoma de Campeche, destacó que la Universidad Autónoma de Campeche se ha apegado a las disposiciones que han establecido las autoridades de salud federales, estatales y municipales durante la pandemia.
Cuando el semáforo epidemiológico así lo permitió, dijo, se implementaron estrategias y acciones concernientes a controlar y gestionar las afectaciones y riesgos sanitarios y ambientales causados por la emergencia sanitaria por COVID-19, las cuales reforzaron a los protocolos y procedimientos ya existentes de respuesta ante emergencias y gestión de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial, “así como de los residuos peligrosos y residuos peligrosos biológico infecciosos que son parte del Sistema Integrado de Gestión para la Sustentabilidad Universitaria del Medio Ambiente ISO 14001:2015, de Seguridad y Salud en el Trabajo ISO 45001:2018 y de la Energía ISO 50001:2018 con reconocimiento COVID-FREE”, indicó.
Puntualizó que la Universidad tiene uno de los sistemas de separación y gestión de residuos más completos del país ya que contempla la separación y gestión del: Residuos inorgánicos, residuos orgánicos, papel y cartón para reciclaje, aluminio y plásticos pet y metales para reciclaje, los tóners de impresoras de tinta o láser para reciclaje, pilas, baterías y acumuladores de autos para manejo especial como residuos peligrosos, las lámparas fluorescentes y balastros para manejo especial como residuos peligrosos, los aceites y grasas para manejo especial como residuos peligrosos y todo el resto de residuos con características de peligrosos (CRETIB) para su adecuada disposición.
“Como parte de las acciones para atender la contingencia sanitaria por el SARS-CoV-2 se elaboraron e implementaron diversos documentos para ser las guías de los protocolos que el personal universitario debe seguir, siempre con un enfoque integral considerando el cuidado de la salud de los universitarios y medio ambiente, evitando contaminar a través de los residuos sólidos que pudieran ser fuente de contagio y dando continuidad a los procesos de reúso y reciclaje univesitarios protegiendo toda la cadena de personas que va desde generador, gestor y reciclador, así como, el uso de correcto de sustancias desinfectantes para protección de quienes las utilizan y evitar contaminar nuestro medio ambiente principalmente por genereación de aguas residuales con sustancias químicas”, mencionó.
De igual forma, precisó que con el confinamiento en México la producción de residuos aumentó de manera significativa: la basura doméstica de 3.5 a 17 por ciento, en tanto que los desechos tipo biológico-infecciosos lo hicieron hasta en 300 por ciento.
“Sin COVID generábamos 1.5 kilos por cama en los hospitales, durante la pandemia el promedio se incrementó a 9 kg diarios. A mayor volumen de residuos sólidos urbanos se incrementa el peligro de contagio de la enfermedad, el virus permanece hasta 3 horas en el aire después de su dispersión, hasta 4 horas en superficies de cobre, hasta 24 horas en cartón y hasta 2 o 3 días en plástico y acero inoxidable. La permanencia del virus en los materiales que conforman los RSU los convierte en un posible eslabón en la cadena de transmisión epidemiológica”, concluyó.
