#EnLasRedes
Acudo a Facebook con un sentido de desahogo, me encuentro en el #omapremiunlounge del aeropuerto de Monterrey ya que mi vuelo de #VivaAerobus a CDMX tiene más de 3 horas de retraso. Viajo con dos niños, una de ellos de 5 meses, a la cual lacto desde que nació, sin taparme, en lugares públicos y privados.
Pues el personal del establecimiento mencionado se acercó amablemente a mi esposo a pedirle que me tapara para alimentar a mi bebé porque estaba incomodando a los usuarios y que ellos buscan dar un servicio premier.
En primera instancia me quede muda, no podía entender que se dirigiera a mi esposo cuando yo estaba ahí presente, como si “entre hombres” se entendieran mejor. Un sentimiento de humillación me recorrió todo el cuerpo, estaban catalogando de “indecente” un comportamiento que durante cinco meses ha sido lo más natural para mí. Por satisfacer las necesidades de mi hija no soy bienvenida en ese establecimiento.. ¿por qué? Porque son un servicio “premier”. (Supongo que las mamás “premier” alimentan a sus hijxs con suplementos, o que las mamás “premier” se van al baño a dar pecho, o se tapan para no incomodar)
De inmediato busque a Mariana Villalobos Orta, quien me señaló varios puntos que me ayudaron a organizar mi experiencia:
– lactar es un derecho humano.
– al pedirme que me tape están ejerciendo violencia de género. Me están agrediendo.
– las mujeres tenemos derecho a ejercer la lactancia plenamente y en las mejores condiciones.
Cuando le mencioné esto al personal del establecimiento me comentó que no lo decía por él, que lo hacía a petición de los usuarios del salón.
¿Qué tuvo que haber hecho el joven? Lo correcto hubiera sido que les dijera a las personas que se incomodaron que no podía hacerme esa petición ya que no estaba cometiendo falta alguna y que estaba en mi derecho de alimentar a mi hija.
Y como me dijo Mariana Villalobos si les molesta “que se giren”. Muchas gracias Mariana, por asesorarme y por contenerme en esta situación tan indignante.