Mariano ESPINOSA RAFFUL – Siempre hay otros
– Aquellos que no son capaces de cambiar de opinión, no son capaces de cambiar nada. George Bernard Shaw
Tenemos muy claro que el problema ya debió haberse resuelto, es más, no debió existir si desde el primer comunicado sobre la situación del fideicomiso para el pago a jubilados y pensionados, tanto sindicalizados como de confianza se agotaba, porque dejó de fluir recurso por parte de PEMEX y es poco lo que aportan otras instancias.
Pero hay intereses nada ocultos tras bambalinas para dar el zarpazo al raquítico presupuesto de la UNACAR, pero no a lo que representa una comunidad de más de 10 mil estudiantes, que al menos cien de ellos son presa de quien está financiando a los paristas, que de manera ilegal, hay que subrayarlo, mantienen tomadas a las instalaciones de la Máxima Casa de Estudios Carmelita.
Una de las aristas es bajarle la presión al problema que enfrenta la Universidad Autónoma de Campeche, con la vuelta del actual rector, defenestrado en tiempos de González Curi; afirmándose hoy que es manipulable, que no opera, y que se le ha ido la oportunidad de dirigir a la ANUIES.
Otra de ellas es la nada supuesta injerencia del Congreso de Campeche, con algunos diputados locales, que no logran entender para que fueron electos, y no les llega el conocimiento de la legalidad, tienen que leer un poco y enterarse de que las instituciones autónomas se rigen por principios, y que violentarlos desde un poder como el legislativo local, va en contra de la educación, pero también atenta contra su autonomía.
Leemos de ambas partes, para quienes sin saber sus nombres y apellidos correctos, porque se esconden con seudónimos, como la página Unacar sin censura, en redes sociales, invitan a la violencia, a la protesta pueril y al porrismo; esto último que se fue hace algunos años de la UNACAR.
No es el actual Rector el problema ni la solución su renuncia o salida, sea por delante o por detrás; tenemos la obligación, los que escribimos sobre del tema del paro ilegal en la UNACAR, que leer su historia, de rectores que tuvieron paros porque la política de la capital del estado lo provocó, y tuvieron que irse; para cumplir caprichos de imposiciones de rectores.
Habría que conocer cuánto dinero recibían los ex rectores de pensiones de este extinto fideicomiso, además de sus pensiones por parte del IMSS, una doble moral que nos invita a la reflexión, no a la polarización.
Enterados por un comunicado que se han depositado recursos a quienes no tienen una pensión, desmarcados “algunos” de confianza en un comunicado, debemos entender que saben de sus excesos.
Lo que falta es el acuerdo que escuchamos se tuvo con el gobierno de Layda Sansores, con el Secretario de Educación Raúl Pozos y el de gobierno Anibal Ostoa Ortega y que no han cumplido la semana pasada, no depositaron los recursos a los que se comprometieron, en reunión donde estuvo presente Fernando Millán, presidente del Patronato Universitario, desde el pasado 12 de noviembre.
Sabemos que se consultó con la Secretaria de Finanzas, y por supuesto lo que esperan es que el problema reviente, porque son diez mil familias que están en la zozobra de no volver a clases presenciales, lo cual está provocando todo tipo de expresiones, a favor y en contra.
La Universidad Autónoma de Carmen no requiere más defensa que el apoyo que debe prestar la autoridad estatal, porque es un ente público, que seguramente se planteará nuevos mecanismos para hacerse de recursos, y no vivir otra situación como la que ahora atraviesa.
Un vivo ejemplo de esto es la UNAM, recuerdo que su movilización a inicios de los ochentas fue justa y necesaria, pero de los estudiantes, sin la manipulación, porque ahí habita la autonomía, esa que hoy quieren arrebatarle a la UNACAR mentes retrogradas, que ven en este movimiento su única oportunidad de salir de pobres.