Hoy celebramos a la Virgen María, la buena semilla sembrada por Dios, alabada por esos todas las generaciones la llamada bienaventurada.
La presencia de María no es una moda, a la cual cambiemos mañana, María dura de generación en generación.
Hoy muchos devotos de María del Carmen no han venido a su Santuario pero en sus casas la siguen; la siguen los afectados por el coronavirus.
La siguen en medio de la situación de la medicina que escasea; del personal médico cada vez más cansados; de las familias tocadas y entonces se pide a María que voltee a ver a sus devotos.