La pérdida por parte de Venezuela de una licencia estadounidense que le permitía exportar libremente y aumentar la inversión en su sector petrolero, le afectará el volumen y la calidad de sus ventas de crudo y combustible, al tiempo que provocará una avalancha de solicitudes de Autorizaciones de Acuerdos con Estados Unidos.
Los funcionarios estadounidenses habían advertido que, a falta de avances por parte del mandatario Nicolás Maduro en la implementación de una hoja de ruta electoral acordada el año pasado, Estados Unidos no renovaría la Licencia 44, que desde octubre había aliviado las sanciones petroleras vigentes durante los últimos cinco años.
En concreto, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos dio a las empresas 45 días para cerrar transacciones pendientes bajo una licencia más restrictiva.
El período podría permitir la salida de algunos superpetroleros fletados por clientes de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que habían esperado meses para cargar en Venezuela, pero otros podrían necesitar autorizaciones individuales de Estados Unidos para completar sus compras.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, comentó que “las sanciones tuvieron poco efecto y no dañarían a Venezuela, pero perjudicarían los intentos de normalizar las relaciones bilaterales y afectarían los intereses estadounidenses en la industria petrolera venezolana. La reciente prosperidad de Venezuela no se debió a la licencia 44, sino a la astuta gestión económica de Maduro”.
La economía está sufriendo una crisis de larga duración, aunque el gobierno ha logrado avances en el control de la inflación en el último año, bajando las cifras de 12 meses normalmente de tres dígitos a alrededor del 68% en marzo.
Washington sostuvo que procesaría solicitudes de autorización específicas para hacer negocios con Venezuela, un compromiso que los funcionarios venezolanos dijeron que esperan que Estados Unidos cumpla. Muchas empresas han esperado durante años para que se aprobaran los acuerdos energéticos que involucran a Venezuela.
Autorizaciones previamente otorgadas a empresas petroleras, incluida Chevron, Repsol y Eni, no fueron retirados, lo que asegura los flujos de petróleo de Venezuela hacia Estados Unidos y Europa.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sostuvo que celebrar nuevos acuerdos comerciales o inversiones previamente autorizadas “no se considerará una actividad de liquidación”, lo que genera dudas sobre qué tipo de transacciones se permitirán.
La licencia anterior de seis meses no le dio tiempo suficiente a Venezuela para asegurar inversiones a largo plazo en su industria energética, pero las empresas que ya estaban en el país estaban negociando ampliaciones de áreas y proyectos vinculados a empresas conjuntas existentes con Pdvsa.
Venezuela espera que algunas de esas expansiones sean autorizadas en el plazo de 45 días, incluso con Chevron y Repsol, y luego recurrirá a solicitudes de licencias individuales, según dio cuenta el ministro de Petróleo, Pedro Tellechea.